No todo está en la etiqueta, en lo que vemos de frente. Gira la botella observa un poco más, porque la contra-etiqueta también tiene mucho que aportarte. Te hablamos de todo lo que puede ofrecerte una contra-etiqueta.
Si la etiqueta de un vino es su carta de presentación, la contra-etiqueta avanza la experiencia que tendrá tu paladar cuando la descorches, más en detalle. En ella encontrarás referencias sobre el tipo de elaboración, la añada, las variedades utilizadas, si es un vino orgánico, incluso la historia de la marca o de la bodega. Además, generalmente disponen de elementos que impiden su falsificación.
Asimismo, la información presente en una contra-etiqueta se rige bajo un diseño. Alex Monzó, diseñador de la agencia valenciana de diseño estratégico Brandsummit señala la dificultad de componer en espacios reducidos, dado que la contra-etiqueta tiene que “adaptar todos los elementos a la normativa, logotipos, textos legales, etc.. y además que sea visualmente agradable sin que parezca un caos”.
No toda contra-etiqueta sigue el mismo patrón que la etiqueta, “su diseño depende del presupuesto del cliente”, indica Monzó. Diseño e información, ocupan su espacio en la contra-etiqueta.
Compartimos tipos de contra-etiquetas que puedes ver en la galería de imágenes que acompaña este artículo:
– Vinos de Terruños: Con barniz reimprimible con ribbon (tira en negro)
– Solanera. Viñas viejas: Golpe seco
– Beso de Rechena: Relieve serigráfico