LA ETIQUETA CONTRIBUYE DE MANERA DIRECTA A LA DIFERENCIACIÓN DEL PRODUCTO: PERSONALIZACIÓN Y SOSTENIBILIDAD.

El dilema de elegir entre… ¿cuántas marcas de vino puede haber en un lineal? Las que recuerdas, las de toda la vida y las que no conoces. Ante el desconocimiento, decidir qué vino comprar demanda más tiempo y esfuerzo, un escenario complicado donde sobresale la distinción. En Etygraf sabemos muy bien que la etiqueta contribuye de manera directa y notable a la diferenciación del producto y por lo tanto, a generar un valor añadido del mismo.

La primera venta o compra por parte del consumidor final viene gran parte motivada por el packaging, por la apariencia que el posible comprador percibe del producto. Y este primer golpe de vista, principalmente se lo proporciona la etiqueta, de ahí la importancia de su diseño. En la mayoría de los vinos, la etiqueta representa más del 60% del marketing de la botella.

Dada la gran saturación del mercado vitivinícola, la personalización es clave en la creación y posterior producción de una etiqueta de vino. Tanto el embellecimiento — uso de láminas especiales, microrelieves, tintas especiales y acabados serigráficos— como la personalización son los requerimientos más demandados entre nuestros clientes, este segundo está presente no solo en la impresión, sino además en la estampación de lámina, así como en barnices, en la simulación de texturas variables y también en el troquelado láser. La tendencia actual es la combinación de estos dos aspectos (embellecimiento y personalización), unidos a procesos que favorezcan la eficiencia en el consumo y la introducción de materiales reciclados. Si bien, escoger muy bien los materiales y acabados es determinante para tener un mayor impacto visual.

Desde Etygraf siempre hemos apostado por hacer especial hincapié en ofrecer un servicio cercano a nuestros clientes, pensando en lo mejor para el resultado final del producto. Cuando una propuesta de etiqueta llega a nuestras manos, asesoramos en la parte del diseño, la creación de marca y del envase, siempre que se requiera, con el fin de que el producto sea competitivo en el mercado. Sabemos que en lo que se refiere al etiquetado del vino español, éste apunta hacia una personalidad propia, reconocible sin olvidar los gustos específicos de cada mercado. De nuevo aquí, entra el valor de la personalización.