La comida entra por los ojos y su packaging también. En el sector de la alimentación la etiqueta juega un papel destacado, habla y su vez, vende. ¿Qué es lo que te llama la atención de una etiqueta de vino?
Las bodegas cada vez son más conscientes de que un vino no solo vende por lo que pone en su etiqueta. Aquí entra en juego el diseño, etiquetas que reflejan mucho más que cepas, años de cosecha y región de origen.
Emociones, gusto, subconsciente, recuerdos… Cuando entras a un supermercado y te sitúas delante de tanta variedad de etiquetas de vino, algo hará que te decantes por una u otra botella.
Hemos preparado algunas sugerencias para que puedas tenerlas en cuenta a la hora de crear una etiqueta de vino, gracias a la aportación de la agencia de branding de alimentación valenciana Brandsummit:
– Creatividad, esencia del mensaje: Conseguir plasmar las sensaciones, inquietudes y cualidades del vino en una etiqueta. Álex Monzó, diseñador de Brandsummit explica que existen decisiones que giran en torno a un “depende” y cómo señala “dependiendo de la imagen que queramos transmitir, podemos elegir desde el tipo de botella, color del vidrio, tipo de impresión, formato de la etiqueta, material, fotografía o ilustración, tipografía, acabados, etc.”
Materiales: En el diseño de una etiqueta la elección de los materiales no se puede descuidar. No está de más estar al corriente de las nuevas tendencias en materiales y en acabados (puedes leer aquí las tendencias en etiquetado para el 2017).
– La contraetiqueta: No te quedes con la mera información del vino y normativa. La contraetiqueta puede también contar una historia.
– Packaging: La caja de vino es casi tan importante como la etiqueta. Recuerda que la caja también comunica.
Ahora te peguntamos ¿crees que las etiquetas de vino saben comunicar sus mensajes?