“En nuestros inicios la etiqueta se consideraba un bien de lujo, era más bien un añadido al producto y nunca, ni en nuestros mejores sueños, podíamos creer que todos los productos acabarían llevando necesariamente una información pegada en forma de papel adhesivo”. Estas son las palabras de Fermín Baldoví, gerente de Etygraf, en declaraciones tomadas para el libro conmemorativo del 25 aniversario de la empresa de Sueca.

Hemos querido dedicar este artículo a hablarte un poco más de la historia de Etygraf, recuerdos que quedaron grabados y que han marcado el camino de esta empresa familiar.

“El primer pedido de cajas de cartón para empaquetar etiquetas nos costó 300.000 pesetas”, cuenta Baldoví, quien matiza que hasta llegar a disponer de ellas recurrían a cajas que encontraban en estancos y comercios de la zona para hacer entregas. “La marcas de los productos ajenos, claro, las tapábamos con etiquetas”, señala Baldoví.

La evolución del eslogan

Si bien “Imprimimos valor, servimos diferencia” es el eslogan actual de Etygraf, pasaron otros por el camino. Desde “vístanos de etiqueta “, a “porque queremos darle buena impresión” a “la marca que más pega”.

Como no mencionar la transición de la mesa de dibujo a la revolución que supuso el ordenador, sumado a la mejora en calidad de las máquina de imprimir.

Con este breve repaso, concluimos con las declaraciones de José Carrasquer, Director de Compras y de Calidad de Etygraf, “las artes gráficas son un sector muy bonito, pero siempre estás creando algo nuevo y, aunque en algunos círculos se nos considere a los etiqueteros la escoria de las artes gráficas, lo cierto es que somos el sector con más futuro”.